31-01-2013 - (Gallego) Me dirijo a ti, aunque no te conozco, puede ser que vivas en el mismo pueblo, que seas mi vecin@, pero no estamos en el mismo mundo. No me creo mejor que tu, ni a ti peor que yo, pero, en ciertos aspectos, daría mi vida por no parecerme a ti.
Sé que vives tranquilo después de haber cometido la peor felonía que un ser humano puede hacer con su mejor amigo, mientras que a mi, el recordártelo, me va a costar dolor y lágrimas, pero voy hacer de tripas corazón y te voy a intentar explicar, hasta el final, lo miserable de tu acción.
Este que ves era tu perro, el que te obedecía sin dudar cuando lo llamabas, el que se quedaba donde le ordenabas porque confiaba en ti plenamente, el que te recibía alborozado cuando llegabas a casa. No sé si eres de los que cree en dios, yo no, pero para este animal eras lo que para mucha gente es un dios, el dios que tanto hacía aparecer comida como le quitaba una espina del pie, el que hacía cosas milagrosas que él era incapaz de entender.
Era por eso que te adoraba, te obedecía y hubiera dado la vida por ti sin dudarlo, sin medir al adversario y sin considerar las consecuencias. Era por eso que nunca se hubiera separado de ti, porque eras su familia, su ídolo, su amigo y el ser mas grandioso del su mundo.