05-06-2012 - (Gallego) Ni el PSOE, ni el PP, ni CIU, ni el PNV, ni Rajoy, ni Rubalcaba, ni cualquiera de esos mismos personajes que llevamos 40 años viendo intercambiándose, entre ellos, los cargos políticos en España. Y no lo van arreglar porque sería como si a un ladrón dejáramos que se juzgara él mismo. Ni devolvería el dinero ni entraría en la cárcel.
España está arruinada y debiendo una cifra astronómica a otros países porque, desde hace 40 años, la oligarquía nacional, lo poderosos que manejan los hilos, han utilizado su poder económico para instalar en los resortes del poder a una clase política creada por ellos, a su medida y a la medida de sus intereses, con el objetivo de que, gobernase quien gobernase y al margen de pequeñas diferencias ideológicas, la consigna era desviar la riqueza nacional para esa elite.
En estos momentos cualquier medida que tomen esos personajes, a los que llevamos décadas viéndoles ocupar los numerosos cargos públicos que se inventaron para que esa “casta” viva parasitando al erario público, no tendrá la mínima credibilidad en “los mercados” puesto que fueron ellos mismos los responsables del descalabro.
Obsérvese que, al margen de que hayan presentado como candidatos a la presidencia a diversos personajes de su “mundillo”, el resto de caras se repite obstinadamente, bien como ministros, presidentes del congreso o del senado, como senadores, directores generales, parlamentarios europeos, etc. No cambian, son siempre los mismos, unos auténticos fenómenos que tanto sirven para ministros, como para directores del FMI, para presidentes de Bankia o secreario general de la OTAN.